lunes, 20 de abril de 2009

La matriarca (Entrega 3: PAN DULCE)


En pocos terrenos me siento tan experto como en el del Pan Dulce. Años y años de jampar como idiota kilos y kilos de harina multiprocesada no pueden estar equivocados. La genética ayuda. Mi abuelo paterno tuvo una panadería. Bueno, no sólo eso: una panadería en su casa. Así, mis tíos y papá tenían acceso a la fórmula, al genésis, al 'know how' del pan casero. Cuentan por ahí que en la época de bonanza se les llevaba pan a la cama con su leche y su nata. Si yo tuviera una panadería en mi casa, perdería las cabras mal plan. No podría de la tentación. Sería como Homero en la tierra del chocolate, sólo que aquí en vez de correr detrás de conejitos estaría persiguiendo a tres cuernitos para ponerles una mordida en un bracito.

Contradictoriamente, el pan de pueblo es el que menos me gusta. Las piezas son muy grandes y masosas. Prefiero el de restaurante mamón. El de panadería de ciudá no me desagrada. Y al empaquetado no le hago el feo. En cada rubro hay pros y contras, pero creo que en el Pan Dulce, el ingrediente es el que gana. Mientras más calidad, mejor es el pan. Así de fácil. Y como a veces el presupuesto aprieta, el pan de pueblo es el que suele salir perdiendo.

Debo hacer hincapié en mi pieza favorita de Pan Dulce: la concha. No hay símbolo más poderoso que el de la concha redondita y esponjosa. La concha es la matriarca del Pan Dulce. No hay quien le ponga resistencia. En una panadería, cualquiera que esta sea, nunca falta la concha (tampoco el cuerno, que es el rey de los panes, pero estamos hablando de un matriarcado). Por su forma, alude a esa apetecible parte del cuerpo femenino. Con esa freudiana referencia, es imposible que su reino tenga fin.

Mis conchas favoritas son las Bimbo de vainilla. No porque sean las de calidad suprema, sino por default, ya que de chavito esas me compraban en la casa de mis abuelos los fines semana. En un plato pequeño, partidas en 4, eran el platillo de rigor para ver Odisea Burbujas. Sin quererlo, me hice adicto. O me hicieron, mejor dicho.

Con el paso del tiempo conocí nuevas géneros conchísticos. Para ser más específicos, descubrí las conchas de Bondy, que son un pecado de pinchemil calorías. Las de Maque no se quedan atrás. Ambas apelan al método de la saturación de azúcar, que han tratado de copiar en Superama y La Cómer bajo el concepto de "conchas gourmet". Y dos tres les sale, pero las de Bondy tienen glamour. Además son solicitadísimas, a cierta hora es imposible encontrarlas.

Hace un año, que me metí a un riguroso régimen alimenticio para dedicarme al atletismo, tuve que dejar varios batallones carbohidráticos. Entre ellos, el Pan Dulce. Sin lugar a dudas, es el que más extraño. Odio, por ejemplo, tener que ir al súper y pasar en frente de la panadería, porque a lo lejos ahí están mis amores, haciéndome ojitos con el escote entre concha y concha. ¡Quién carajos puede resistirse a un escote lleno de azúcar!

Por eso mejor no me resisto y acepto que la concha es mi gran debilidad. Por siempre, tragaré conchas como enajenado. Cuando sea grande, voy a poner en horno en mi casa y las hornearé a granel. Y me conocerán como el Lord de las Conchas. Y mi reino, como el de ellas, nunca tendrá fin.

7 comentarios:

  1. Jajaa... ahora que entiendo que sí eres aficionado a las conchas, tooodo tiene sentido jaja. ¿Te cuento una anécdota? Mi abuela me contaba que cuando mi mamá era chiquita, se llevó a los bebés recién nacidos de su gato en una canasta, y los cambió por la canasta de conchas en la panadería que en aquél entonces estaba por casa de mis abuelos. No pude evitar acordarme con tu post de eso también jaja. Saludos, Lord de las Conchas.

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  2. Hay quienes dejan todo para irse a una playa chaira (Mazunte, Maruata, Nexpa) a vender pan. El pan chairo no es como el de dulce normal, es grandote, crocante por fuera, relleno de cosas. Es decir: no tendrías competencia, serías el único que horneara chairoconchas artesanales y las vendiera al atardecer, justo a la hora del monchis gooooei.

    O podrías poner la Chanflepanadería en la Del Valle y así completar pa la quincena.

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  3. ¿Las conchas se llaman conchas por el mismo sentido que los argentinos le dan a esa palabra? No lo creo, yo abía que era por su parecido a las almejas y todo tipo de conchas marinas. "La concha de tu madre" y todas sus referencias culturales no tienen que ver con el pan de dulce mexicano que es más bien una onda de los españoles avecindados en México. Como sea, las conchas de todos tipos son una delicia, aunque en las panaderías (yo no voy a las nice) yo me decanto por una barra de mantequilla o una chilindrina o un buen pan con azúcar por fuera y crema pastelera o "engrudo pastelero" por dentro, es más ya se me antojó un Ojo de Pancha y una Oreja.

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  4. Lord de las Conchas... No sé qué fue más mamador, si autonombrarte así o tu cierre del Credo. He dicho.

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  5. jajaja....bueno, pues a tu lista de conchas, le faltó las del Matisse, si no las has probado, vale la pena...muy a la altura de las de Bondy y las de Maque ;)
    Ahora que las de City Market, aunque parecidas a las de la comer, son de mejor calidá....es más, hay una rosca hecha de conchas, tendrás que probarla y decirnos que tal ;)

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  6. Sí, sí, las del Matisse son g-ra-n-d-e-s! también sugiero las de La Gran Vía... debo decir que me sentí taaaan identificada con tu post, que si antes me gustaba leerte ahora no podré parar...

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  7. Pues la verdad, llámame amargado, pero el dulce no se me antoja nada... donde haya un buen trozo de carne que se quite lo demás! Eso si, regado con un buen caldo (vino) o una buena birra!!!

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