lunes, 4 de mayo de 2009

"No te convengo" (Entrega 5: FRASE CÉLEBRE)


Estaba ahí por pura lástima. Llevaba semanas toreándome, pero por fin había logrado hablar con ella de frente, aunque en toda la conversación no me pudo ver a los ojos. Como siempre, olía a recién bañada. Y después de un discurso de 15 minutos, de vaciar todos los inútiles argumentos para convencerla de volver conmigo, de apelar a lo que ya no sirve cuando nomás ya no se siente... soltó la mortífera frase que liquidó una plática que por salud mental me pude haber ahorrado.

"Es que... lo que pasa es que... no te convengo"

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay dolooooooooooor!

Un día antes de salir de vacaciones de segundo de secundaria, Bárbara me trató de explicar por qué era mejor que la olvidara después de cortarme para andar un tal Paco, de sexto prepa. Auch, auch, recontra auch. Hubiera sido menor tortura haberme metido a la jaula de los tigres envuelto en milanesas. Eso de "no te convengo" es dolorosísimo porque ignora tu inteligencia, es irse por la fácil, es denigrante, es... en pocas palabras, pendejearte.

Carajo. La frase "No te convengo" es prima hermana de "No eres tú, soy yo". Bárbara no era precisamente una lumbrera, pero de pendeja no tenía ni un pelito. Además, era la flor más bella del ejido. Déjate de eso, era la más perversa. Las escapadas a la biblioteca eran la especialidad de la casa (¡al rinconcito papá), y de postre, encerrona en el baño de mujeres contra mi voluntad porque, ¿y si nos cachaban? De pelo chino, chino, chino, y de piel blanca, blanca, blanca, esta chica de 13 me enseñó el a-b-c de los besos. Y el d-e-f-g-h-i. Y el j-k.

Por eso, a mis 14 caí redondito a su merced. Bastaron unas semanas para entregarme. Bueno, todo lo que se puede entregar un imberbe de 14 años sin coche, dinero y ninguna otra arma más que su limitado verbo. Peor aún, cuando el rival es un pinche pedorro de 18, con coche y algo de dinero, sin importar que tuviera menos retórica que "Pompín" Iglesias.

"Es que no te convengo". La frase me hizo llorar toda una tarde, la del último día de clases. Afortunadamente, al otro día me fui con mi tío a Cancún a trabajar como mesero durante el verano. El dolor y el coraje los entregué a la señorita junto con mi pase de abordar. Me la pasé de lujo y gané mucho dinero que gasté en playeras del All-Star Café.

Acabó el verano y volví a clases. Ese día, supe que Bárbara ya no se había inscrito en la escuela porque su mamá se había cambiado de trabajo o algo así, y tarde o temprano se mudarían a otra ciudad. Santo remedio de cara a un nuevo ciclo escolar. De paso, aquel tarado de Paco se graduó (o lo que sea), y yo pasaba a ser de tercero, lo que implicaba un poder infinito en los territorios secundarios.

El primer día de clases, el timbre sonó a las 3 pm anunciando el fin del día. Agarré mis chivas y caminé rumbo a la salida, pero me detuve de madrazo porque justo en la puerta estaba una figura conocida: Bárbara, corregida y aumentada después del verano. Vestida "de calle", maquillada y esperando a que alguien saliera. Se me congelaron los huevos y el corazón se me salió por la garganta. Estaba más hermosa que nunca, la cabrona.

Chingao, después de tanto sufrir, del drama, del "No te convengo", ¿a qué venía?, ¿a qué? No, ni madres. Yo no iba a saludarla. Aproveché que platicaba con otra chica para escabullirme por atrás, pero me paró en seco otro cuate y ella se dio cuenta de mis intenciones. Puso sus manitas en mis hombros, y no volteé. Ey, ey, ey, y no volteé. Cht, cht... y no volteé. Ay ya. Y no volteé.

Al otro día, su mejor amiga me dijo que por qué no quise saludarla, que había ido a verme porque sólo se cambiaba de escuela y no de ciudad. No dije nada, y se me comprimió el higado al tamaño de un frijol. Nunca más supe de ella, nunca más la volví a ver.

Por eso, cuando el único obstáculo que les estorba para hablar con alguien es el orgullo, no se tarden en quitarlo de inmediato.

Definitivamente, no les conviene.

7 comentarios:

  1. ésa frase es castranteeee! ... que tal qué eras tú el que no le convenías? ahhhh!! eso si hubiera estado mas denso...

    a mi no me convienes!! pero yo tampoco a ti... jejeje

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  2. Tengo una amiga que le encanta autoflagelarse cada vez que alguien le echa una porra (que probablemente, en cantidad, yo encabece las listas). Ayer discutí con ella sobre eso y le hice darse cuenta de lo que hace.

    Para mi, frases como "no te convengo" no sólo son salidas fáciles, sino falta de seguridad.

    Por eso no conviene.

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  3. Para las que dicen "no te convengo", acabo de leer una frase muy indicada: "Quieres un chico lindo? Deja de salir con cabroncitos guapos."
    En fin. Que historia mas triste! Triste porque termina inconclusa. Termina en "y si hubiera...?" Yo tengo cientos de "y si hubiera...?"s pero ninguno fue por orgulloso. Sin embargo, el 90% fueron por pend&jo.

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  4. VAYA VIVENCIA. SI, EN EFECTO ES LA PEOR DE SUS FRASES

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  5. Te comentaría algo, pero no te convengo.

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  6. ¿No te has puesto a pensar que realmente no te convenía? Posiblementes esté llena de estrías, con 5 hijos y amargada como ella sola...
    Créeme, no hay ningún mensaje escondido en la frase, no hay que dar vueltas...No te convengo es NO TE CONVENGO y ya!

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  7. Que bueno que no volteaste, sino, te hubiera traido de su p@ndejo todo el ultimo ano de la secundaria y en la prepa te hubiera mandado a volar por un wuey de la Universidad, y tu,de la depresion, hubieras dejado la escuela y hubieras terminado de mesero en Cancun, en el restaurante de tu tio. Bien que no volteaste y evitaste caer en el sindrome de Medusa!!!

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