jueves, 25 de marzo de 2010

Mentes brillantes

Cuando alguien menciona la palabra cuadrado, automáticamente me vienen a la mente dos conceptos: el de mente obcecada, incapaz de salirse de los parámetros que le enseñaron en su casa, escuela u orfanato y por ende, con capacidad nula para aventurarse a algo nuevo (una profesión que igual viene a mi mente es el contador) O los cuadros de Victor Vasarely. Totalmente setenteros y, en mi muy humilde opinión, horrendos. Para muestra un botón.


¿Quién dice lo que es arte y no? No tengo idea. Me imagino a un grupo de intelectuales en un cuarto fumando, tomando café o whiskey on the rocks o Bacardí blanco con coca discutiendo acerca de las pinturas, esculturas o acuarelas de algún desgraciado que le van a vetar su obra o algún cacas que, por azares del destino, estas personas coinciden en que su trabajo es 'arte' y digno de exhibirse en el Guggenheim de Nueva York. Pero bueno, ya nos desviamos un poco. El punto en realidad es que estos cuadros de Vasarely me intrigaron desde pequeña. Mi madre posee un grabado que algún galán le regaló y que es verdaderamente espantoso. Me producía ansiedad ver que los cuadros se disolvían y tenían cuando los veía por mucho tiempo, movimiento y no iban a ningún lado. Nunca le entendí y eso me frustraba porque mi mamá y sus amigos decían que era una maravilla de la pintura moderna y mi mente no daba para más.


Cuando trataba de entenderlo, siempre me remitía a los cuadros que mi dentista también tenía en esa época, que de igual manera eran de Vasarely o de un póster de un bosque que cubría una pared que parecía la Marquesa y que mi dentista insistía que era el bosque de las Sequoias en California. Hasta se podían ver los puestos de quesadillas y los caballos famélicos a lo lejos. Pero bueno, mi apreciación no ha cambiado mucho desde entonces. Me gusta o no me gusta porque me produce un sentimiento positivo al ver la obra que se me está mostrando. Así de sencillo.


Ahora que he estado más en contacto con la escena artística contemporánea y de antaño también, he de decir que descubrí que los artistas, al igual que los contadores, son de mentes cuadradas. Si. ¿Por qué? Bueno, pues porque no hay mejor obra que la de ellos y se niegan rotundamente a aceptar siquiera ver, la de sus contrapartes. Es irónico porque si un pintor rompe esquemas y barreras raciales, de tiempo y de forma, no entiendo porqué no se digna a ver la foto de su contemporáneo y habla cosas como 'es un idiota, no sabe usar el pincel no. 7 correctamente y bebe ginebra barata'. Bah...igual que viejas en lavadero o tipos en la cantina jugando dominó.


Pero Vasarely fue uno de los creadores del 'Op-art', que después se deformó y ahora venden en el mercado de la Nápoles esos cuadros que uno se les queda viendo y aparece un venado entre miles de cuadritos que no significan nada. Una verdadera mamarrachada. Pero bueno, le debemos a esta persona haberme atormentado durante años pensando adónde van los cuadros que pinta, las escaleras que suben y bajan en sus cuadros y las zebras que se comen a sí mismas. Si ese era su misión en la vida, la logró.

2 comentarios:

  1. Pinche cuadro espantoso. No lo pondría en mi casa ni aunque me pagaran 100 mil dólares. Bueno, así sí.

    ResponderEliminar
  2. Ese cuadro es de lo peor que he visto en la vida.

    No y no.

    Te parec e que mejor pongamos el de los perritos jugando póker? Está a la altura eh?

    Besos

    ARM

    ResponderEliminar