viernes, 18 de septiembre de 2009

Los soldados de Dios

Hay dos "profesiones" que no me gustarían para mis hijos nunca: cura y soldado.
La Iglesia, la que sea pero la que más conozco es decir la católica es la que más me asquea, es la institución más corrupta, hipócrita y nociva que haya reinado en el mundo. Sobre decir que mi opinión del Opus Dei (no Gay, porque los gays no tienen la culpa de las marranadas de estos cerdos con sotana), de los numerarios y ante todo de Marcial Maciel, es tan dulce como la que podría generarme la Inquisición.

Mucha de la gente que se "consagra" a Dios esconde sus demonios tras unos hábitos y luego los saca para arremangárselos cuando se acuerdan que el líbido los hace atacar a los más indefensos, ¿no es esto peor o igual que rociar de plomo a los comensales de un McDonalds? La única razón del celibato es para que las concubinas no reclamen los bienes de los calenturientos "hermanos" y la Iglesia vea menguada su insultante riqueza. No es una cuestión de pureza.

En fin, no me gustaría jamás eso para nadie, menos para los míos. Afortunadamente a Ari los rezos le dan comezón y la fe se la inculcará su madre desde una perspectiva de amor y solidaridad, no desde el miedo y la oscuridad de una sacristía. Yo que soy tan escéptico tan escéptico que a veces dudo de mi no creencia en Dios (frase de Borges), voy a la iglesia cuando un amigo se casa o se muere o sólo en ocasiones totalmente obligatorias y cada vez que oso poner un pie en los templos del diezmo, invariablemente los curitas sienten la mala vibra y me tratan como al Anticristo. Si pudiera, no volvería a una iglesia, pero hay mucho arte dentro de ellas y antes de que los enviados de los cardenales se lleven todo a sus mansiones, hay que ir a ver.

Los miembros de la milicia es más lo enternecedoramente irracionales y borregos que son, que lo nocivos que se vuelven. Finalmente un soldadito sea marine o raso del Campo Militar No. 1, es un ente sin voluntad propia, al que le lavan o le ensucian el cerebro con aquello de que sirven a la patria, pero en realidad más allá de un DNIII o cuando van a rapar chamacos piojosos a la fuerza, no sirven de mucho.

Me tocó hacer el servicio militar, por tonto por creer que la bola blanca le salía a los primeros que se inscribían no a las últimos y padecí en el 75 batallón de infantería algo así como 10 meses, en los que desperdicié decenas de sábados de mi vida y de paso conocí de cerca las "bondades" de la vida castrense.

Pasajes como cuando en una "academia" de Derecho Militar, el instructor, sargento desquiciado aprovechó el tiempo para preguntar quién tenía novia o hermana para que enseñara una foto. Lo insólito no fue que el prófugo del metate ése quisiera ver a las mujeres de los conscriptos con el pretexto de que si le llegaba a gustar una, el susodicho "se la prextara para un domingo", sino que más de media docena de palurdos y grasientos reclutas sacaran de sus carteras las fotos de sus hermanas y pioresnadas para que las viera el hermano de Tizoc, mientras él les correspondía con la imagen instántanea en papel de la madre de sus cinco pelones y la de su carnala que parecía la copia al carbón de la Tonina Jackson.

Otra ocasión mi repugnancia llegó al nivel 15o. dan, cuando en la academia de "Higiene", el soldado de primera que sin presumirlo ostentaba un parecido increíble con Melquiades Morales, ex goberladrón de Puebla, invirtió una hora de nuestras existencias para organizar el primer concurso anual de medición de falos al aire libre. Me concentré en la estación de peseros que había en la calle más cercana para no mentarle la madre a los descerebrados que le entraron al casting y a la enriquecedora charla sobre si una mujer se enamoraba de ti si la obligas a tener sexo, "porque les gusta que las trates mal" o si el sexo con el cabo del Cougar negro era un negocio redituable en el Campo Militar, ya que el pago variaba entre 200 y 500 pesos según el placer otorgado al señorito.

No sigo narrando arrestos, provocaciones, lesiones y hasta muerte de algunos conscriptos por actos de barbarie en el campo militar, porque en realidad se me vuelven a saltar las venas del cuello de recordar lo que vi y viví, y eso que no fui a Afganistán ni a Vietman, estaba en la Defensa Nacional, pero en mi vida sería militar o algo parecido. Creo fervientemente que estas dos "instituciones" sacan lo peor de las personas y los deshumanizan. Si alguno de ustedes es militar o su papá es sacerdote no me haga caso, seguramente su caso es una excepción.

8 comentarios:

  1. Coincido en muchas cosas Pip, pero tu perspectiva es muuuuuy extremista. Un hermano de mi abuela es sacerdote dominico y es la pura vida el cabrón. Él mismo acepta que hay elementos que han desprestigiado a la Iglesia por parte de la historia, pero al ver lo que él hace con convictos, desahuciados, y su trabajo durante el Huracán Katrina (radicó en N. Orleáns y ahora en Miami), sinceramente no me quedó más que admirarlo.

    En cuanto a los soldados, igual, creo que hay de todo. Se necesitan muchos huevos para pertenecer a un ejército. Ya sea por convicción, convencimiento o hasta necesidad. Creo que ahora más que nunca en México su labor va más allá de un DN3. También está el lado ojetísimo, ignorante que menciones, y te faltó el peor: el de la corrupción.

    En fin, entiendo tu postura, pero algo fariseista. Por cierto, Pip, me caso la próxima semana, ¿no quieres leer la primer lectura? jajaja

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  2. Coincido con el caballero chanflesco II. Hay de todo, y pensar en una totalidad sí es algo extremista. Conozco de todo y en todo, no sólo en la religión o en el ejército.

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  3. A mi sólo me ha tocado conocer a monjas y a mujeres médicos militares. Ambas con una disciplina de quítate que ahi te voy y un autocontrol impresionante. Yo no podría ser ni una ni otra.

    Coincido contigo en que hay que sospechar del adoctrinamiento. Yo desconfío de las filas de los radicales, aunque en cierto momento, estuve en ellas (y a veces recaigo).

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  4. En mi humilde opinion creo que en cualquier profesion hay sus ovejas negras, no, nomas en la iglesia y en la milicia.

    Creo que existen otras profesiones donde realmente no quisieramos a algun hijo: Agente de la AFI o Policia Municipal

    Buenisimo el post!

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  5. Hola:
    Coincido en que la unica razon del celibato consiste en mantener en la institucion las riquezas acumuladas.
    Imagina a la viuda de Karol reclamando "La Piedad". Imagina que resultan ser varias viudas.

    Pero tambien coincido con los demas, ovejas negras hay en todos lados.
    Maciel y Teresa de Calcuta estaban bajo la misma cruz.
    Igual con el ejercito, que hay muchos malos, pero tambien existen varios buenos.

    Una pelicula que trata el tema del ejercito y la iglesia (mas la ultima) de forma magistral es "La Mision" con Jeremy Irons y Robert De Niro, musica de Ennio Morricone.
    Solo por la musica vale la pena, pero la historia no tiene desperdicio.

    Yo tampoco desearia ver a nadie de mi familia metido en esas instituciones.

    Hluot Firthunands

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  6. "Si alguno de ustedes es militar, o su papá es sacerdote, no me haga caso"... finísimo remate...

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  7. Nein...como decía el tío Lalo 'Es como todo'...nunca he tenido parientes en ninguna de esas 2 instituciones y no me gustaría, pero tengo parientes en el Consejo Mexicano de Empresarios...donde tampoco me gustaria tenerlos...guacala de pollo

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  8. Troy dice: Yo solo fui dos veces a hacer el servicio militar y a la tercera dije "Ni madres esto no es para mi". Ademas el desayuno de un huevo duro, un platano y una pinche torta de jamon mas fria que un muerto desanimaban a cualquiera. Lo peor es que a mi me salio bola negra, pero por tarado marche. Es horrible la milicia, y mas si es region 4.

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