Decirlo implica el dolor que conlleva la verdad, que siempre, invariablemente, traerá consigo un cambio de curso no siempre agradable. No decirlo implica el dolor de seguir manejando una realidad que no te gusta, y está claro que no te gusta, porque de lo contrario, no estarías en un dilema.
Decirlo es bueno porque te quitas la incógnita. No decirlo es bueno porque te sigues prenzando de una ilusión que, real o ficticia, es una ilusión y ésa nadie te la quita.
Decirlo es malo porque es incómodo, y nadie quiere sentirse incómodo cuando todo un teatro está armado alrededor de las condiciones. No decirlo es malo porque es traicionarse, mentirse y engañarse a sí mismo.
Elegir siempre "decirlo" te hace de piedra a la 'n' ocasión, porque después de una, dos, tres respuestas de cada una de las posibles, ya sabes qué te depara y te curtes, fulminas el miedo que nos hace débiles. Elegir siempre "no decirlo" te hace de piedra, porque significa bloquear tus sentimientos y volverte una esponja del otro.
Decirlo es más fácil, porque reduces la angustia a su mínima expresión. No decirlo es más fácil, porque le compras a la angustia la vida eterna.
Decirlo es para los valientes que no temen el rechazo, y que por esa valentía se podrán ganar, de vez en cuando, una aceptación. No decirlo es para los valientes llenos de paciencia, que aguantan estoicos una situación hasta que ésta caiga por su propio peso.
Decirlo es la opción, si no te importa la verdad. No decirlo es la opción, porque te importa la verdad.
Por eso, lo mejor lo mejor es decirlo... sin decirlo. Ya si el otro no le pesca, pues muy su bronca.
Iba a decir que tu post me ha parecido excelso. No decirlo habría sido una aberración.
ResponderEliminarClaro, porque además una cosa es verbalizar y otra, decir. Es imposible no decir, no significar; y como además sugiere la máxima: lo que no se dice, se actúa. El silencio es el verbo más poderoso.
ResponderEliminarMe gustó.
Hum, si dejas todo a lo que entendio el interloculor, juegas a lavar tu conciencia con su ignorancia o distraccion.
ResponderEliminarNo me parece que ese tipo de "lavado" deje muy limpia la conciencia.
Cuestion de prioridades...
De que tan prioritaria es la limpieza de tu conciencia.
Muy buena entrada (y buen tema Korovos).
ResponderEliminarLo mejor lo mejor sería, efectivamente, no tener que decidir por una sola opción y dejarle a alguien más la responsabilidad y la consecuencia de pagar lo que debemos por decir o no decir -verbalizar- hacer o no hacer, ser o no ser, etcétera.
Querer elegir las dos es elegir ninguna y eso, es mandarse al futuro un monstruo con el que tarde o temprano tendremos que echarnos un raspón (sin albur): nosotros mismos.
Buen texto. Salud.
¡SWISH..! el post me rebasa... ¿será que es lunes..? ¿será que no me he tomado mi café..? ¿será que no entiendo el dilema..? ¿es cognoscible el ser..?
ResponderEliminarIncreíble....aunque creo que siempre es mejor decirlo.
ResponderEliminarese mi Mickey siempre abriendo la semana a lo grande.
ResponderEliminarExcelente entrada!! Yo por eso, siendo mujer, nunca digo lo que quiero decir, pero al no decirlo, lo estoy diciendo tácitamente.
ResponderEliminarAmé a Pacasso con su frase de ¿'es cognoscible el ser?'. Me acordé de mi mallestro de 'Antropología Filosófica'...el gran Carlos Kmmasky...
Siempre le das tantas vueltas?
ResponderEliminarLo que más me gustó fue la entrada :) Lo demás la verdad que casi no le entendí... pero bueno, a lo mejor es sinónimo de que está un poco elevado para mis escasos conocimientos filosóficos.
ResponderEliminarBravo!!! desde algun lugar de la Mesa de Otay. xosean
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