Estoy a cuatro horas del avión que me llevará 20 días de vacaciones y tengo esa extraña pero recurrente sensación de que olvido algo. Evidentemente no sé qué es pero tengo miedo de externar mi alarma del olvido a Cyn, Ari y Darío, porque no quiero causar una histeria colectiva.
En una hora estaremos saliendo hacia el aeropuerto y mi maleta sigue abierta y aunque reviso mi ajuar consistente en unas chanclas, tres shorts, un traje de baño, tres pares de calcetas, tres calzones y tres playeras y una gorra, nomás no doy con el olvido que provoca un tip, tip, tip en mi cerebro.
A lo mejor solamente es que no puedo quitarme de la mente que ya una vez estaba formado en la fila para documentar en British Airways rumbo a la fastuosa y fantasmal Londres, cuando me di cuenta que no traía el pasaporte. Mi excusa para aquella ocasión fue que era 12 de septiembre, justo un día después de que Bush y Osama jugaran a los avioncitos chocones en el WTC.
Iba fruncido de miedo, sentía que una vez que el avión cruzara por el Golfo de Terranova, Glen Tipton se levantaría de su lugar, se aventaría un discurso reivindicador del Islam y nos llevaría a destruir el Madison Square Garden. Digo Glen Tipton, porque todo Judas Priest venía conmigo en el vuelo, hartos de esperar el despegue del vuelo que debía elevarse a las 10 de la noche y que gracias a que nos fuimos después a las 00:30 horas, Cyn alcanzó a ir y venir a la casa para traerme el pasaporte que olvidé.
Soy un fan de Judas y los requintos de K.K. Downing y el mismo Tipton me hicieron y me siguen haciendo alucinar, pero una vez a bordo del Boeing 767, aluciné pero con el olor que despedían los pies de mis héroes, que estaban sentados justo en la fila trasera de donde yo estaba.
Downing, Tipton y el baterista Ian Hill tuvieron a bien despojarse de sus botas de piel muy a tono con su calidad de dioses del NWOBHM (New Wave of British Heavy Metal) y la pesadez de sus instrumentos me hicieron padecer los riffs de peste más metaleros de toda mi vida.
No podía iniciar una reyerta contra Judas Priest, sería un sacrílego, así que estoico aguanté el aroma, que se combinaba con la pobre joven mamá que junto a mí cambiaba el pañal a su bebé de un año, de eso que ya comen carne y que su caquita ya es como de humano.
Más que British Airways parecía que iba en un chimeco, pero donde la puerca torció el rabo, fue cuand Tipton subió los pies sobre los descansabrazos de mi asiento. No señor, podrá usted ser un "Metal God" pero eso no lo permito, y con el dolor de mi corazón a cinco horas de Londres le metó un codazo para librarme de su extremidad.
Con todo, al llegar a la capital de Inglaterra, mientras bajábamos, pude chulear hipócritamente el pésimo disco Demolition que acababan de editar sin Rob Halford y los tres fundadores de Judas me sonrieron con el gusto de ver un fan entre decenas de indolentes viajeros, por lo que el codazo quedó olvidado.
Lo que sigue olvidado es mi olvido de ahorita, y ante la prisa, porque queda media hora para salir al aeropuerto, yo creo que mejor no les digo que siento que algo olvido, a ver que nos depara el vuelo.
Revisas
ResponderEliminar"mi ajuar consistente en unas chanclas, tres shorts, un traje de baño, tres pares de calcetas, tres calzones y tres playeras y una gorra"
Para ir a
"la fastuosa y fantasmal Londres"
Olvidaste el sentido comun.
Felices vacaciones, mejores resfriados.
Mi estimado Hluot, creo que el Pip primero narra una maleta que hace para ir a un lado, y recuerda cuando se le olvidó el pasaporte en otra ocasión para ir a London.
ResponderEliminarY cómo olvidar el apeste de un metalero. Mmmm. Tres días sin bañarse, mmm...
La especie "rockstar" no tiene que ver con la trayectoria musical: hay gente que se cree con derecho a subir los pies en la vida ajena, sólo porque existe. Y, por cierto, el único metal que muestran es el cobre.
ResponderEliminarAnte los malos olores y las confiancitas, más vale un codazo a tiempo, si señor.
Con que eso no se olvide, es suficiente. Y bueno, siempre es útil cargar con el pasaporte.
a juzgar por el contenido de tu maleta, no estarás olvidando los lentes de sol o el bloqueador??
ResponderEliminarEsa maleta....te faltó el talco Ammens...
ResponderEliminarLo mejor es la línea donde se habla de la evolución de la caquita de un baby, hasta que se vuelve más "humana", jajajajajajajaja
ResponderEliminarMe pregunto si el apeste de un metalero será comparable con el de un jugador de futbol americano en el último cuarto del partido.
ResponderEliminarTienes razon Chanfle II, no registre la primera linea del tercer parrafo.
ResponderEliminarNecesito mi cafe antes de leer algo.
gran gran post
ResponderEliminarEres la sinceridad cuando escribes, eso gusta
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