jueves, 21 de enero de 2010

¡Habráse visto!



Hace algunos días, una amiga me envió un video que hablaba sobre la poderosa fuerza física y emocional de las mujeres. En cuadro aparece una pequeña mujer con su discurso en mano, caminando hacia el podio. Al momento de hablar, la voz se le escucha nerviosa, casi en punto de quiebre por la ansiedad de dirigirse al público. Ella era Isabel Allende, autora de La casa de los espíritus, su novela más famosa. Comienza a contar su historia y habla de mujeres inteligentes, fuertes y decididas, entre ellas, menciona a alguien que ya me había llamado la atención meses antes: Wangari Muta Maathai.

La conocí más íntimamente hace unos meses a través de un documental sobre ella en CNN y de su lucha contra viento y marea por la democracia y paz en Kenya y otros lugares de África, por el desarrollo sustentable de recursos naturales y por plantar un millón de árboles. Creo que para el día de hoy, ya ha de llevar un poco más de un millón. Ella ganó el premio Nobel de la Paz en 2004 y para entonces llevaba un millón, digamos que ahora ha de tener unos 10 mil más a su cuenta.

Lo que Wangari ha hecho es ir a las aldeas en donde su suerte ya está echada debido a la tala indiscriminada de árboles. Ella platica con las mujeres que son las que trabajan y junto con ellas, planta árboles y les da una cátedra de su importancia para la sobrevivencia tanto del entorno, como de la fuerza económica de la aldea. No sólo los planta, sino que les enseña cómo cuidarlos para que lleguen a la madurez. Ella sola ha ayudado a regenerar una cantidad significativa de bosques tropicales en África, ayudando a retrasar el calentamiento global.

El método que utiliza Wangari es trasplantar árboles jóvenes, arbustitos que se crían en invernadero a tierra firme. Este proceso se llama PLANTÓN. Ella ha defendido con su propia vida ante bulldozers de compañías y terratenientes a los pequeños árboles que, a pesar de esposos furiosos, madereros insensibles y hombres necios, han querido derribar. Es un milagro, de verdad, que no haya sido asesinada a estas alturas.

Ejemplos de mujeres con una gran fuerza interna y comprometidas con una causa son miles, Wangari Muta es un ejemplo famoso. Falta voltear y abrir los ojos un poco más para darte cuenta que las amigas, las madres, las abuelas, las tías, las esposas son capaces de sobrellevar y salir avantes de cualquier situación que se les ponga enfrente con gran entereza y sin dejarse abatir. Solo cierren los ojos y vean lo que las mujeres a tu alrededor han hecho.

Yo soy admiradora de Wangari Muta Maathai porque ha sabido darle vuelta a la palabra Plantón para ponerla en otro nivel. Las palabras son lo que nosotros queremos que sean, por eso, hay que ver más allá de su significado literal, podemos encontrarnos con varias sorpresas.

6 comentarios:

  1. Mis respetos a todas las mujeres que he conocido en mi vida, sobretodo mi esposa, que son ejemplos de fortaleza, amor y que nunca debemos vencernos. Felicidades Oli.

    ResponderEliminar
  2. Adolfo Rivas-Mercado21 de enero de 2010, 10:57

    Tú eres un ejemplo a seguir...me da gusto que le hayas dado la vuelta al tema...mira, cualquiera diría que eres inteligente..jaja! ;o)))

    Te abrazo...y las mujeres que me han rodeado siempre han sido un ejemplo de fortaleza...

    ResponderEliminar
  3. Has hecho tremendo post, entendiendo que las palabras son como tú quieres que sean.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Para hacer un plantón así, hay que tener un buen par... de semillas

    ResponderEliminar
  5. Esos plantones si me gustan!
    Encantada de leer esta historia del plantón.
    NNK

    ResponderEliminar
  6. Ví esa historia de Isabel Allende en TED. Y mientras la narraba, se hacía un silencio notorio, sutil, puntual, donde viven todas las preguntas y sus respuestas.

    Ahi llegaste tú también con tu texto.

    ResponderEliminar