lunes, 11 de enero de 2010

Traducción sobre mi ausencia



Si fuera cierto aquello que se dice sobre la inspiración que produce la tristeza en quienes escriben, componen o realizan alguna actividad artística, yo sería en este momento William Shakespeare pero en español.

Pero no, no lo creo. El jueves olvidé escribir mi post de los viernes porque me encontraba enmedio de una gelatina de nostalgia. Hoy leo que dos anónimos lectores reclaman que no hayan aparecido letras con mi firma y, no lo niego, mi ego dio un brinquito. No soy amigo de volcar mis sentimientos en un documento de word en busca de la conmiseración popular, pero mis intestinos me están recordando, cada vez que crujen y me hacen correr a donde el rey va solo, que mi estado de ánimo es de corto circuito emocional y lucha por hacerle creer a mis vísceras que no me muero un poco por estar lejos de lo que más quiero.

La misión que me tiene así me debería tener contento porque es para que mi Darío se valga por sí mismo, pero lo paradójico es que a veces lo mejor que puedes hacer por los que quieres es tenerlos lejos.

Debo sonreír como Marceau, con la pintura que adorna mi cara, aunque el gesto atrás apunte con las comisuras hacia abajo, pero aunque me quiebro más fácil que un palito de pan debo parecer el más fuerte ante el paso que daremos mañana todos como familia.

Mi maestro en esto es Ari y con lo que una vez dijo me inspiro para saber exactamente qué debemos hacer por Darío y qué debemos cambiar. Él hace no mucho, con la sabiduría que otorgaban sus no más de seis añitos dijo: "Mamá, estoy preocupado, no tengo trabajo y necesito un trabajo", pero por qué, tú no debes trabajar eres muy chico y tu trabajo es ir a la escuela. "Mira, tú te vas a morir un día, mi papá también se va a morir y necesito un trabajo, por qué si no cómo voy a mantener y cuidar a Darío".

Moraleja: si tu hijo lo tiene claro, lo menos que puedes hacer es trabajar por lo que más importa en este momento: Darío.

PD: Esto para algunos posiblemente necesite traducción, perdón por hacerlos perderse en esta mar de íntimos pensamientos.

PD2: Si el próximo viernes no estoy, señal de que no he vuelto.

7 comentarios:

  1. Aún recuerdo cuando nos contaste esto a Chanfle y a un servidor en esos tacos, de noche, casi de madrugada.

    Cosas que no se olvidan. Abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Te esperaremos hasta que vuelvas..

    ResponderEliminar
  3. Me lo imaginè...no me dijiste cuando se iban, pero al pasar el viernes y no ver tu entrada...lo imaginè. Y en ambos casos, seguramente la espera lo valdrá. Con todo mi corazón deseo que así sea. Abrazo Martincillóó.

    ResponderEliminar
  4. Pues no entendí... pero mucha suerte

    ResponderEliminar
  5. Meine liebe freunde...a veces hay decisiones que uno debe de tomar por más dolorosas que sean. Cuando la nostalgia apriete, el dolor no maine y pienses que, como decía José Alfredo Jiménez, la vida no vale nada, recuerda que tienes fans y amigos que están esperando puedas compartir poco, mucho de tus sentires.
    De menos cuentas con una en Berlín! ;o)))
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Mi teoría es que las personas especiales tienen que estar con personas más especiales y Dario tiene a tres a su lado que están trabajando en su bienestar, es muy afortunado.

    Sé que no nos conocemos, pero debes saber que pienso mucho en ti y tu familia y siempre les mando mis buenas vibras, tal vez sirvan de algo.

    Livier

    ResponderEliminar