lunes, 24 de agosto de 2009

Sombrillita amarilla

Quienes me conocen sabrán que mis papilas gustativas tienen una alta debilidad por el azúcar: todo aquello que destile glucosa es candidato a convertirse en verdugo de mi lengua.

El origen de esto tal vez esté en las cantidades industriales de papilla de verduras que me recetaba mi abuela de pequeño. Como quiera que sea, me encuentro totalmente vulnerable cuando frente a mí hay un helado, pastel, pastelito, galleta, pay, flan, crepa o cualquier conglomerado de azúcar listo para empacarse.

Esa debilidad también se traslada al alcohol. Mi primera peda, a principios de secundaria, me la acomodé con Malibú...

(Renglones dedicados a darles tiempo para que se burlen y hagan escarnio de la pasada declaración).

Y no. No me importa. De hecho, me declaro adicto a todo tipo de cocteles jotones, tales como piña colada, daiquirí, malibú con jugo u otro, esos cuya mercadotecnia etílica dicta que su target son, principalmente, féminas sin garganta profunda. Durante años he lidiado con burlas e insultos bienintencionados de parte de mis cuates, muy machitos ellos porque piden bebidas sabor a nimadres mientras a mí me conquista el paladar las otras mencionadas coqueterías.

Hoy día lo puedo escribir abiertamente, y eso se lo puedo atribuir a una ocasión en particular, cuando tenía alrededor de 18 años y fui con mi banda de prepa a La Valentina. Todo el mundo se arrancó a pedir sus cubas (no me gustaba el Bacardí), sus desarmadores (el vodka aún no me conquistaba) y sus charros negros (tal combinación se me hace nada más de último recurso).

Yo no hallaba qué pedir, y se me hizo muy fácil voltear la página a la lista de cocteles. Y sin fijarme en los nombres, revisé cuidadosamente que me gustaran todos los ingredientes de la bebida que iba a pedir. Casi al final de la columna vi: tequila-leche condensada-granadina.

¿Por qué no? Señalé al mesero... Tráigame una de éstas. Y fue el mesero, y cuando llegaron los tragos, frente a mí quedó algo similar:
(Debo acotar que en la gráfico faltó la sombrillita amarilla junto a la cereza que llevaba en aquella ocasión)

Las famosísimas medias de seda desataron las risas en la kilométrica mesa en la que estábamos, y no pocas damas se me quedaron viendo con cara de qué chingaos pidió este mariquetas. Mis cuates se pitorrearon el resto de la noche (si no, no serían mis cuates), y desde entonces quedó grabada la anécdota como la peda en que su servidor salió del clóset gustativo.

Ni pedo, dijo Alfredo. Uno no está para fingir, y menos cuando de satifacer al estómago se trata. Hoy en día, lo mío lo mío en la peda es la paloma: el tequila no me da cruda, el limón es mi fascinación, y tampoco daña demasiado el presupuesto. Además es versátil y fácil de conseguir.

Sin embargo, jamás reniego cuando se trata de complacer la garganta en la playita, cuando llega lo que viene siendo el japi-aguer: el momento justo para entrarle a la bebida mamona, obviamente, con su rigurosa pizca de carrilla de la banda. Ya en el momento, qué importa. Total, esas madres empedan más rápido.

8 comentarios:

  1. jajaja buen post mi estimado, falto mencionar el clasico Baileys en las rocas o el Kahlua con leche, esos si son de dar carrilla

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  2. Hummm, mas que bebidas mamonas son mentes cerradas.

    Lo bueno es que no tienes complejos por tus gustos.

    Saludos

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  3. ¿quién habrá inventado la mentada sombrillita amarilla?

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  4. Ah... coctelería de nena... traicionera como ella sola... y luego por qué despiertas en lugares desconocidos...

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  5. Yo he oído que eres lo que te comes, pero nada de si eres lo que te chupas. Mientras usted inflame con lo que se le dé la gana. ¿y las chelas?

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  6. jaaaaaaaaaaajajajajaj...no mames que puto te veias en ese vasito "tipo martini" de licuado de fresa...ya eres un todo un machin papi

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  7. jajaja! Amooo las medias de seda...ese dejo lechosito con azúcar es delicioso y aparte sin que te des cuenta, ya estás hasta el KK...jaja!

    Te faltó la sombrilla y se sirven en copas de esas de mauricio garcés para la champaña..unas que son como pequeñas y flats de arriba...y un poco de canela! jaja

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