jueves, 22 de octubre de 2009

Emmenez moi


Permítanme hacer la acotación de la imagen del post de esta semana: Fabulosa. No hay más. Con esos ojitos a medio cerrar ¿quién dice que no? Excelente imagen. Un apluaso a nuestro diseñador.

Ya en cuestión del tema, son contadas las cosas que hago a ojos cerrados. Llámenme desconfiada o poco aventurera, pero no es mi actividad favorita. A mí me gusta el pinpiririn pin pin. La acción, el movimiento, captar cada segundo de lo que pasa a mi alrededor para que, la poca memoria que me queda, no se vea nublada por el velo de mis párpados superiores. Me gusta escuchar música con los ojos abiertos, me gusta comer con los ojos abiertos y me encanta soñar con los ojos abiertos.

Pero...sí hay 3 actividades muy específicas que me gusta hacer a ojos cerrados. Consciente de mis movimientos y no dormida, evidentemente. Echar siesta en el sofá o quedarse dormida no vale. Es una obligación mantener los ojos cerrados al momento de dar un beso francés. Ese es el misterio, la magia, el zsa-zsa-zou. Nunca lo hice y tal vez no lo haga. Esa es la magia del beso, estar a oscuras y encontrarse el uno con el otro de esta manera...a tientas entre lo conocido-desconocido. Para mí, no hay experiencia íntima más poderosa que ésta.

Algo que hago sin darme cuenta, pero que me viene de repente es cerrarlos al momento de oler flores. Si, así nomás, me acerco a una gardenia y cierro los ojos. ¿Porqué? No sé. Seguro para que nada interfiera entre el aroma y yo. Pero son segundos, milésimas de segundos diría yo. Tomo a la flor, la acerco a mi nariz y aspiro al momento que cierro los ojos. Todo un ritual.

La última, y no por eso la menos importante,  actividad que hago a ojos cerrados es sumergirme en el agua. ya sea alberca, río o lago, NUNCA abro los ojos. Esto es un trauma que me quedó cuando a alguien muy cercano a mí se tiró a la alberca del crucero donde viajábamos cuando yo era pequeña y abrió los ojos dentro...sólo para descubrir que los ojos se le habían cocido como huevo porque el agua que está en estas albercas es salada. Ni loca que los abro ni ahí ni en ningún lado. Sí...soy desconfiada y sólo confío en mis googles Speedo.

Y después de haber besado, nadado y aspirado a ojos cerrados, con certeza les platico que éstas son las actividades que me transportan a otro lugar con el hombre, la flor, el agua y mis ojitos cerrados.

5 comentarios:

  1. Jáh... yo tampoco abro los ojos bajo el agua, ni en el mar, ni en la alberca. Cuando por error lo hago, el sal y el cloro hacen que se me pongan rojos, como de chamán jamaiquino... así las cosas, sin goggles nado a ciegas, cosa que en ocasiones arroja generosas recompensas...

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  2. si, si...es importante besar con los ojos cerrados. Le baja los ánimos a cualquiera...si besas con los ojos abiertos...sólo haces bizcos.

    Me encantó la última frase...

    Besos

    ARM

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  3. Yo cierro los ojos en las películas de horror, hasta en las más bobas, soy un miedoso de primera, pero sí no se pueden hacer ciertas cosas sin cerras los ojos, alguna tan banal como estornudar o tan trascendental, como sabiamente dices, como dar un beso.

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  4. A mí me ganaste desde el pimpiririmpimpim jajajaja.

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  5. Igual que el Chanfle II.

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