La naturaleza de los necios es decir que no. Así de botepronto, “oye, que la chingada…”. No. Así de huevs. ¿Por qué? Pues porque uno es necio, así nos hizo PapáDios y así nos iremos de este mundo.
Por eso, para nosotros los necios, el maldito “Te lo dije” es como “The power of Christ compells you” para Satanás en El Exorcista. Es lo peor que nos pueden decir. Pero a pesar de que al final la lección haya sido que se vivía en el error con todo y que teníamos una advertencia previa, uno aprende a apretarse uno y sonreír políticamente con la equivocación a cuestas.
El “Te lo dije” nos cae como sal a la lombriz. Porque pega en el orgullo, y el orgullo es la patria del necio. Y en lo particular, no hay persona de quien me pueda reventar más un “Te lo dije” que de mi señora madre. Tiene un tonito particular que me provoca sentir que mi hígado debe tomar vacaciones de inmediato. “¿Ya ves Miguelangelito..? Te lo dije”. Futtsssss, mejor miéntame la madre. Porque lo peor de todo, es que casi siempre, en una estadística del 97.4 por ciento, termina teniendo la razón. Como diría ella, me purga.
Porque ahí no acaba la cosa, más bien con eso comienza. Sorrájate sermones y argumentos envalentonados y perfectamente construidos, porque sí, a toro pasado, cuando te avientas un “Te lo dije” con todas las de la ley, cuentas con todas las armas para tejer un raciocinio cuadrado perfecto. En apariencia edificado con la razón cuando no, no señora, lo de usted fue sólo una corazonada. Claro, una corazonada de madre y ésas… nunca fallan.
El “Te lo dije” es el hijo pródigo de lo que yo llamo “El Bello Arte de Predecir el Pasado”. O sea, cuando ya todo sucedió, sólo hay que unir los hechos, y como por azares del destino o de la tripa mi madre tenía razón en algún punto, lo más sencillo es inventar o seleccionar las demás varillas de la construcción de la verdad. Total, “Te lo dije”.
Brincos diéramos los necios para que hubiera una medicina para remediar los letales efectos del “Te lo dije”. Una pastillita que yo traería en mi guantera, y que viniera en dulcísimos presentaciones como de Cevalín. O bien, en efervescentes como el Calcibronat para echarte uno antes de salir de casa.
Si bien es cierto que al final el “Te lo dije” tiene fines didácticos, no deja de ser una frase irritante, acetilsílicamente ácida. Cagante, vaya. ¿Qué le vamos a hacer? Nací necio y necio moriré.
Puedes negociar que en vez de "Te lo dije", te suelte un "Muere agusto" o un "Come caca y no me des".
ResponderEliminarPara dejar clara la metida de pata sirven igual y no dan el aire de superioridad del "Te lo dije"
(jajaja, Hluot es la ley para comentar).
ResponderEliminarLa necedad es una cualidad de los tenaces. No confundir con la testarudez: insistir en algo errado como quien, solito, se da topes contra una pared.
Iba a decir algo sobre la ojetez intrínseca en la frase 'Te lo dije', pero me abstendré dada la recurrente presencia del elemento 'Señora madre'a lo largo del texto...
ResponderEliminarY por lo general va acompañado con un "Vez, Vez" o un "Sabia que eso iba a pasar" jajajaja Buen post
ResponderEliminarEl 'Te lo dije' debe de ir acompañado de un 'Y a tí quién chingados te preguntó?'
ResponderEliminarEs un must...
Cierto, aunque para mí, hay dos frases más cagantes:
ResponderEliminar"Llévate un suéter porque se ve que va'hacer frío"
y
"Si a los papás de ella no les importa, a mí sí me importas tú".