¿Qué te dije Cucus? Esta frase, famosa entre mis amigos, no tan amigos, familiares, desconocidos y colegas, la he inmortalizado por su contenido espontáneo y de naturaleza recriminatoria. Tiene la friolera de 18 años y prometo pasarla a generaciones y hacerla una frase recurrente en alemán: Ich erzählte Ihnen. Se preguntarán ¿de dónde salió esta famosa y sabia frase?
Yo tenía un amigo llamado Carlos que era el hermano de sangre de Juan, mi ex. Íbamos juntos a todos lados: al cine, a News, a Magic, al Studio Taco y, claro, a Acapulco. Carlos tenía casa en el puerto y nos invitó a pasar Semana Santa del año 1990. Éramos 8 amigos con los papás, llamados Carlos y Berta a quien le decían cariñosamente 'Cucus'.
Fue uno de los viajes más divertidos en los que he participado. Íbamos en una camioneta tipo Scooby-Doo y en ese entonces estaban apenas terminando la Autopista del Sol, por lo que hicimos alrededor de 7 horas. La muchacha de Carlos, Jacinta, nos hizo bien en preparar unos sángüiches con harta mayonesa, jamón Fud y queso amarillo. A las 4 horas de haber emprendido camino dimos cuenta de ellos, aún cuando el mío tenía un color tornasol sospechoso. Yo argumenté que había niños sin comer y que mejor me lo comía a como diera lugar. Tonta. Pero era joven e imberbe.
Finalmente llegamos a nuestro destino, bajamos maletas, desempacamos trajes de baño y fuimos directo a la playa del Plaza...sí del hotel Acapulco Plaza. Súper noventero. No hay nada más Acapulco-noventero que el desarmador, el moradito, Luis Miguel, el Ticket to fly, los cigarros More, el Atrium y la playa del Plaza. Pues bien, nos tendimos al sol, sacamos nuestra recién comprada grabadora con CD, la hielera con los juguitos de naranja, el vodka, unos Sabritones y a chupar se ha dicho. Pues bien, después de sendos desarmadores y de escuchar 'Hoy el aire huele a tí' como 50 veces nos dirijimos a la casa a cambiarnos para irnos de antro. Ese día tocó Atrium. Como los papás iban con unos tíos y jugaban póker hasta que les amaneciera, no reponían en que llegáramos casi al amanecer.
Al siguiente día me sentí pésimo. Me daban arcadas nada más de acordarme del maldito sángüich. Claro fue la combinación mortal entre el vodka y el jamón podrido. Mi amiga que fungía como hermana mayor, Elisa, fue a la farmacia a comprarme Tempra y demás cosas. Los papás de Carlos me hicieron un atole de arroz y me compraron pechugas para comer. Se preocuparon no por mi salud, sino porque no querían que los obligara a regresar antes de lo previsto porque tenían un tipo torneo de póker el cual no podían faltar. Con todo y mi malestar, nos fuimos a esquiar a Coyuca y después de tomarme unas disprinas y otras drogas, confieso haberme sentido muy bien. Tanto que pude esquiar y subierme a la banana sin ningún accidente. Regresamos de nuevo a la casa para arreglarnos e ir de nuevo al Atrium y después al Baby'o. La edad promedio entre la chamacada era de 16 a 19 años, por lo que las probabilidades de que nos pidieran ID eran enormes. Afortunadamente, el tío de Carlos había llegado esa tarde y conocía a no sé quién que nos iba a dejar entrar sin problemas.
Después de producirnos y dejar una estela de Obsession, llegamos al Atrium. Ese día si fue de perdición total. Tomamos y bailamos como cosacos. O como chilangos en Acapulco, más bien. A las 2:30 AM, Juan y yo bailamos al ritmo de 'que tengo una bolita que me sube y me baja...AY que me sube y me baja!' y con los ánimos caldeados, decidimos saltarnos el Baby'o para irnos a la casa y consumar nuestro amor juvenil, argumentando mi estómago malito. Salimos, tomamos un taxi y nos fuimos como pedos del espacio. El cuarto de los 'niños' estaba exactamente arriba del garage y las escaleras para entrar a la casa pasaban junto a la ventana, por lo que se oía hasta el aleteo de una mosca. Estábamos en pleno 'acto sucio' cuando escuchamos que las puertas automáticas se abrían. ¡NNNOOOOOOO! ¿Pero qué no estaban en una partida de póker? Cucus y Carlos se bajaron del coche mentando madres, que cómo era posible que Hugo estaba haciendo trampa, que si la botana asquerosa, que estaban viendo cuando se hacían señales entre dos jugadores, todo un drama. Nosotros, sin siquiera respirar debajo de una de las camas. Están subiendo las escaleras cuando Cucus le pregunta a Carlos 'Oye amor, ¿los muchachos no han llegado?' y él respondió 'A ver'. Abre la puerta, prende la luz y no ve a nadie, por lo que grita encabronado y en tono de reclamo 'Ayyy ¿qué te dije Cucus? si no van a llegar temprano estos chamacos, andan en la peda. ¡Pero me van a escuchar mañana!'. Nuestros adolescentes corazones se detuvieron y pudimos haber tenido un infarto al miocardio. Cerraron la puerta y siguieron su camino mentando madres de la partida de póker.
Al otro día contamos nuestra peripecia a la comunidad y desde entonces, utilizamos en lugar del cagante 'te lo dije' el '¿qué te dije Cucus?' que se agradece porque suena menos solemne y arbitrario. Sobre todo después de esta anécdota.
Tan famosa es que cuando Juan y yo ya estábamos divorciados, él tuvo que acompañarme a hacer algunas cancelaciones de celular y demás que estaban a su nombre. De muy mala gana fue conmigo y me dijo '¡Debí de haber puesto todo a tu nombre, me lleva la chingada!' y yo le respondí 'Qué te dije Cucus....'
Joyita de jueves, eh? jo-yi-ta.
ResponderEliminarTe mando besos
Jajajaja... no manches, sólo tú y mi madre manejan el concepto "Disprina" jajaja, ¿qué pinche diferencia hay con "Aspirina"? ¿Es más efectiva, acaso? A qué mi Cucus...
ResponderEliminar¿Podría aplicar también el: "No te metas con mi Cucus"?
ResponderEliminarJajaja, el Atrium excelente, varias veces salí de día de allí.
Besos.
Me estoy imaginando al Sid Vicious pidata con pecho sangrante y a la tia Becky diciendo ¿Qué te dije Cucus?
ResponderEliminarTambien queda para el necio con orgullo como patria y su madre.
Tienes razón, suena menos solemne y arbitrario.
¡Me encanta Oli! Yo estuve en ese viaje!! Buenísimo, me hiciste recordar muchas cosas!
ResponderEliminarTe adoro!!!
Gaby
Corte y queda. Se instituye el "¿Que te dije, Cucus?" en el Korova, para remachar intuiciones y para recordarte, todavía más.
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