So pena de parecer misógino, creo que muy pocas mujeres entienden realmente la pasión que puede tener un hombre por los deportes, no por practicarlos, sino por presenciarlos, mitologizarlos y hasta venerarlos.
Pero no sólo se trata de no entender la intrascedental trascendencia que tiene para nosotros la victoria, la derrota, el título o el descenso, es que tienen el don de echarnos a perder la dulzura o el amargo momento.
Por lo general, (y este es el momento en el que mis lectoras se ofenden) las mujeres sólo ven fubol (y eso es un decir, porque se la pasan platicando de otras cosas) cuando juega la selección. Otras tienen una afición tardía que muchas veces viene de una filiación estudiantil como la que tienen las que estudiaron en la UNAM por los Pumas o las que querían estudiar en la UNAM y no lo lograron, o las que les parece muy fashion el puma del uniforme y por eso decidieron ser de la Rebel.
Esas que le van a Pumas no deben sentirse mal porque también hay una serie de borregos que el día que les dieron el número de cuenta en la prepa o el CCH, en ese momento comenzaron a clavarse en el pambol, y como los subían en camiones para asaltar vinaterías, pues le agarraron más cariño al equipo que (dicen, porque son todo menos eso) representa a la Máxima Casa de Estudios, de la cual yo fui estudiante, pero que cuando llegué a ella ya tenía 10 años de irle a otro equipo y ya sabía de futbol. Bueno hay mujeres que le van a otros equpos, perro las más lucidas siempre son las Pumas.
El ritual de ver el futbol con mujeres es agradable porque son amables, cariñosas y por lo regular solidarias con el machín que las acompaña, pero como dije antes se les da echar a perder todo eso con una maldita frase de "¿yo no sé para qué ven el futbol, se enojan y se emocionan, si siempre pierde México?". Madres, suegras, novias, esposas, hermanas, primas, amigas y amantes lo dicen, y en planos mundialistas, en primera ronda esa frase no lastima, pero una vez que llegamos a octavos de final, parece una sentencia, una premonición, una insufrible máxima: "¿ya ves?, te lo dije, siempre pierden", en ese momento parece una gran verdad y si a esas nos vamos, pues sí ahí siempre perdemos, pero si lo sabes no le digas, quiéreme en la derrota.
Pero no sólo se trata de no entender la intrascedental trascendencia que tiene para nosotros la victoria, la derrota, el título o el descenso, es que tienen el don de echarnos a perder la dulzura o el amargo momento.
Por lo general, (y este es el momento en el que mis lectoras se ofenden) las mujeres sólo ven fubol (y eso es un decir, porque se la pasan platicando de otras cosas) cuando juega la selección. Otras tienen una afición tardía que muchas veces viene de una filiación estudiantil como la que tienen las que estudiaron en la UNAM por los Pumas o las que querían estudiar en la UNAM y no lo lograron, o las que les parece muy fashion el puma del uniforme y por eso decidieron ser de la Rebel.
Esas que le van a Pumas no deben sentirse mal porque también hay una serie de borregos que el día que les dieron el número de cuenta en la prepa o el CCH, en ese momento comenzaron a clavarse en el pambol, y como los subían en camiones para asaltar vinaterías, pues le agarraron más cariño al equipo que (dicen, porque son todo menos eso) representa a la Máxima Casa de Estudios, de la cual yo fui estudiante, pero que cuando llegué a ella ya tenía 10 años de irle a otro equipo y ya sabía de futbol. Bueno hay mujeres que le van a otros equpos, perro las más lucidas siempre son las Pumas.
El ritual de ver el futbol con mujeres es agradable porque son amables, cariñosas y por lo regular solidarias con el machín que las acompaña, pero como dije antes se les da echar a perder todo eso con una maldita frase de "¿yo no sé para qué ven el futbol, se enojan y se emocionan, si siempre pierde México?". Madres, suegras, novias, esposas, hermanas, primas, amigas y amantes lo dicen, y en planos mundialistas, en primera ronda esa frase no lastima, pero una vez que llegamos a octavos de final, parece una sentencia, una premonición, una insufrible máxima: "¿ya ves?, te lo dije, siempre pierden", en ese momento parece una gran verdad y si a esas nos vamos, pues sí ahí siempre perdemos, pero si lo sabes no le digas, quiéreme en la derrota.
jajajaja...si, me uno a ese clan...yo siempre he dicho 'ves? te lo dije, somos remaletas'...
ResponderEliminarHago pública mi disculpa porque no sabía que hiriera de esa manera tan profunda a los hombres que han estado a mi lado al momento de decir esa frase.
Pues yo nunca he sido fanatico del futbol, pero aprendi de mala forma a pricipios de los 90s con los Bills de Bufalo.
ResponderEliminarA falta de femina a mi lado, estaba mi "#$%&/&$#" hermano que era seguidor de los infumables Vaqueros de Dallas.
Despues de eso decidi ir con los 49s de San Francisco y en futbol con Brasil y el Barcelona, esas si son apuestas seguras.
También, so pena de parecer misógino, la mejor fórmula para que te acompañe una chica en el deporte es el silencio y la comprensión. Y luego las caricias que lo hagan parecer todo trascendentalmente intrascendente.
ResponderEliminarA mí me gusta la rivalidad en pareja. Es kinky.
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