jueves, 17 de diciembre de 2009

En México, como en todo el mundo...


En todo el mundo, los taxistas son algo que se cuece aparte. Son temidos, despreciados, profanados, se les recuerda a sus madrecitas todo el tiempo; politólogos, cronistas deportivos, ingenieros, algunos abogados, pero algo que los distingue es que manejan de la chingada y que, por sobre todas las cosas, son unos personajazos.

No he conocido en ninguna parte del mundo donde se respete a los taxistas. En India son una verdadera amenaza, en Japón tienen la fama de ser huevonsísimos, en Inglaterra de racistas y si no les gustas cómo te ves, no se paran; en Alemania no hablan alemán sino una combinación entre turco y alemán espantosa. Ni a quién irle. Pero Mexico tiene una toque especial. El taxista mexicano es de todo. Conoce a un amigo que estaba en la bola de gente cuando mataron a Colosio; tiene un primo que juega en el América y conoce a Cuauhtémoc Blanco; tiene una foto con Fox; rcrrió la Carrera Panamericana hace 20 años.

Rara vez usaba taxis en México, hasta que comenzó el alcoholímetro. Entonces, la banda nocturna compuesta por: Paty, Diego, Andy, Chofas, Fabis, Ale, Picho y una servidora, hacíamos uso de estos conductores. No tengo recolección de alguno que no hablara de política, lo que sí me acuerdo es que todos manejaban de la chingada. En eso sí somos iguales que todos los demás tapsistas del mundo. Es increíble la cantidad de mentadas de madre que un taxista puede recibir en un trayecto de la Nácoles a la Condesa. Cientos. Una vez le pregunté a uno de ellos cómo le hacía para controlar el estrés causado por las malas vibras. Y muy fresco me respondió '¡Pues se las regreso señorita!' Eso debí de haber hecho con mis 2 exjefes del Reforma (el Maharája y el de Internec)...cómo no se me ocurrió.

3 comentarios:

  1. Pinches taxistas los odio, mejor que no manejen y que sí hablen!
    Pero si, no podemos prescindir de ellos para la peda...ni hablar!

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  2. ¿Los taxistas mexicanos serán los más mamadores del mundo?

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  3. Los más folclóricos, sin duda. Y mucho mejores que en otras latitudes, también.

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