Hace algunos años me consideraba un Grinch, hecho y derecho. De rechazar la Navidad per se, sin acotaciones de ningún tipo. De anteponer la jeta a cualquier comentario acerca de ella, aplanando los matices positivos que ofrece la época, desconsiderado de los puntos agradables como el Guadalupe Reyes, los convivios decembrinos, la considerable mejora de la cartelera, o la Liguilla del futbol mexicano (por amarga que ésta pueda resultar para mis fines particulares).
Ahora llevo al menos un par de años bajándole rayitas al volumen, y se lo atribuyo a un factor. Vivir en La Casa de la Bugambilia ha sido una de las experiencias más importantes y trascendentales de mi vida, pues he sido bendecido con una cantidad incalculable de generosidad y cariño de parte de una familia que me ha incluido sin reservas en la privacía de su burbuja.
Durante 26 años me había tocado venir a este hogar como invitado a la Cena de Nochebuena, el banquete más esperado del año, elaborado por mi tía Virgen que es un ángel en la cocina y en la vida. Lejos de acompañar la velada con intercambios materiales, la Nochebuena en la Bugambilia tiene una connotación de verdadero agradecimiento, con un ritual religioso y otro de “pedir posada” de adeveras, con los tradicionales cánticos navideños.
Pero en estos últimos 12 meses cambió mi papel. Me ha tocado estar de este lado de la puerta. Pedí posada y me alojaron sin restricciones. Mi tía, mis primos y los gatos me han abrazado, y a mí no me queda más que agradecerles este gesto de amor, al igual que a mi tío Cando, quien desde arriba cuida este casa y a todos nosotros.
Seguir siendo Grinch sería una incoherencia. Me sigue chocando la Navidad, pero sólo en su sentido consumista, el de los foquitos excesivos, y en el que se vende árboles y adornos navideños en cuanto pasa el 16 de septiembre. Pero la Navidad, la verdadera celebración, ahora la disfruto con razón, con todo mi corazón.
Para la familia Díaz Briseño.
El amor es la casa con más habitaciones. Ser agradecido es poner la primera piedra de su propio hogar.
ResponderEliminar¿Y la gata no te abraza..?
ResponderEliminarChanfle: Que bueno que te sientas bienvenido, y eso que este año aún nos falta poner la navidad!
ResponderEliminarQué buen post y qué buen comment de Miranda.
ResponderEliminarChingá, ese es el mejor regalo de todos, sin importar la época.
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